El cielo luce muy oscuro ahora,
cautivo de las tantas palabras eclipsadas
que yacen en los giros de mi pensamiento
Se reconoce huérfano indeleble,
aislado en la inmensidad de lo que ha sido
en el cuenco de las ilusiones hoy apagadas
En él vibra la carencia de expectativas
cuyas expresiones se distinguen en el polvo
mientras susurran fulgor reducido a sombra
Sí, también se reconoce unidad universal
un ente integral con alma, formas y fondo
quien comparte su totalidad con el entorno
Pero se encuentra vacío de pretensiones
sólo ante los tifones de los recuerdos vivos
que palpitan encerrados en la noche infinita
En esa noche infinita con la soledad incompleta
recita versos sobre cometas, astros cadentes
legajo del tiempo que camina en la penumbra
Versos borrosos que atrapan al deseo latente,
lo dejan en el limbo, en nebulosidad consentida,
impidiendo que se asome un mañana incipiente
Por tanto el cielo formado de sueños ausentes
de estrellas fugaces que limitan los sentidos
luce finalmente hueco, despojado de si mismo
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