lunes, 26 de septiembre de 2011

El Cóndor y la libertad

Cóndor soberano de este mundo
Sobrevuela abrazando el confín
en planeos rasantes y profundos
con su cuello de plumas jazmín

Su regio plumaje de ónix profuso
bajo los ojos de turbación del gentío
doblega, como a rehenes intrusos,
al valle recóndito, a sus rocas y ríos.

Señor, amo incondicional del aire
avispado acaricia la linfa del arroyo
traza su insignia en un pulcro baile
dibuja el paisaje a su justo antojo.

Y del aire despierta todos los sentidos
en el recreo de su aventado romance
hasta que etérea culminación alcance
plasmada en su testa de rojo emotivo

Delinea al fin su curso en el cielo
acomete con su hado e identidad
planea, su existencia, con esmero
saborea la virtud de la libertad.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Víctima y Testigo

Oh funesto sino el del querer;
candoroso se entregó sin saber
a los delírios del deseo caprichoso

Querer deleitoso, fue víctima y testigo
de las artimañas de tu corazón herido,
que mediante sus ambiguos latidos,
fustazos de esperanza le profanó

Siervo testigo, vislumbró impotente
a los favores que ofreció deferente
a aquellos que tu corazón desdeñó

Ah corazón decoroso, te suplico,
comprende el tenebroso conflicto
que tu indiferencia en él provocó

Ah no le prives de ansiar, te ruego,
no le culpes por mostrarse entero
compartir la flama que se prendió

Y apacible permítele yacer ahora
en recuerdo tornasolado que aflora
ese querer candoroso que existió

Así pese a la bulla que ensombrece
su consuelo es que nunca anochece,
en las latitudes de la fe y del amor

viernes, 23 de septiembre de 2011

Jornada Inesperada...

Mi mamá, mujer activa, trabajadora
aún convaleciente por el intenso dolor
pedía a mi abuela, madre protectora
que de mi cuidara, en su día de labor.

¡Pobre madre, terrible padecimiento!
casi sucumbe, a causa de su hija amada,
ya que al nacer fui rasgándola por dentro,
debido a una posición fetal inapropiada

Gracias al superado acontecimiento
Mi mamá pudo transmitir este cuento
que yo complacida procedo a relatar:

En una mañana de verano ajetreada
en la señal aguardaba, para la calle cruzar
se encontraba absorta, ensimismada
hasta que a una señora se puso a ayudar

Así, brazos enlazados, empezaron a caminar
como dos amigas, charlaban muy animadas,
sobre su hija pequeña, traviesa y mimada.

De súbito, para su sorpresa y estupor,
sin preludio, pese a inmensa afirmación,
la señora acechó un dato con total convicción:

"Está usted embarazada!", afirma la señora,
mi mamá aturrullada, reacciona sin demora,
y le exclama; “¡No es posible, no hay lugar...
Mi cuerpo sufrió mucho, es preciso recuperar!”

La señora, fiel a su pensamiento, insistió:
“No querida, portas una niña en tu vientre”
Mi mamá pasmada, de nuevo le advirtió:
“¡El médico lo prohibió terminantemente!”

Entonces la señora, de mirada penetrante,
emitió estas palabras, por demás instigantes:
“¡Confíe en que todo saldrá bien y así será!”
Mi mamá suspicaz se dispuso a escuchar

Los ojos de esa señora no parecían mentir,
eran como brújulas vivaces y premonitorias
que relucientes contaban esta veraz historia
como si a un cometido buscaran cumplir

Mi mamá al fin regresó a casa pensativa:
"¿Quién era esa señora tan misteriosa,
que logró tenerme pendiente y cautiva
y en mí sembró tamaña duda insidiosa?".

Corrieron los días de calor sofocante
Mi mamá a su obstetra fue a visitar
le contó sobre la señora transeúnte
Y él preocupado, comenzó a investigar.

Paradojas de la ciencia y lo oculto
la señora, sin conocerla en absoluto
un embarazo muy delicado le vaticinó

Para asombro de todos los presentes
a pesar de su condición mal doliente
el embarazo inesperado se confirmó

Y así seguimos hablando actualmente
del acaecimiento atípico e incoherente
que, de por siempre, a nosotros intrigó.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Al nacimiento de la vida

Fulgor boreal, explosión de color
brota la aurora en el firmamento
hijo pródigo de sudor y de amor
nueva andanza del descubrimiento

Lucero, de otro cuerpo el portento,
irradia su brillo innato de a poco,
a merced del certero advenimiento
que es ser uno, no más ser otro.

Candente ánima, ya es individuo,
fugaz cometa en designio estelar,
aprehende, en existir consentido,
las revelaciones de su transitar

Sus ojos resplandor profieren
en actitud ingenua y curiosa
al mundo al cual se adhieren
con tamaña mirada jubilosa

Mundo de infinitos posibles,
confianza, dádiva innegable,
Cosmos de promesas factibles
centella de amor perdurable

Es una mirada vivaz, boyante
que clama por su derecho divino:
¡Soy materia en espíritu errante...
..ser feliz, ese es mi destino!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

En el árido paisaje del desencuentro

En el árido paisaje del desencuentro
somos hoguera de aire y sarmiento
nómadas dispuestos a emigrar
desertores del arte de amar

En esa explanada sórdida, huera
la vanidad de la inmediatez impera
en círculo vicioso, legítima espera,
de la luz que en nosotros está

Luz anonadada, constante frenesí
tempestad de deseos incesantes
cual arena, vuelan en un instante
siempre a procura de un sí.

Fulgor convicto, deceso paulatino
resignado al curso del destino
del infausto corazón subyugado
por lo nimio, por lo enmascarado

Es paraje inhóspito, incoherente,
que se declara miope e indolente
renuncia a la luz, a las estrellas
al encuentro y a sus huellas

Existe, mora en apariencia
en la penumbra, en la ausencia
desprovisto de autenticidad
en anestesiada oscuridad

Es paraje perfilado por el miedo
a la entrega, a la vulnerabilidad...

Finalmente paradoja y agüero
de la auto impuesta soledad

jueves, 15 de septiembre de 2011

En el silencio de mis horas mudas

Tu recuerdo reside imperante
en el silencio de mis horas mudas
exhibiendo imágenes aullantes,
en rumor de nostalgia burda

Imágenes, susurros de ensueño,
incisivas pueblan este instante
de alabanza, esmero, empeño
a una realidad ahora distante

Tiempo, hora pronunciada,
sinfín de silencios sostenidos,
que detiene la alusión añorada
y sana al corazón malherido.

Es mi tiempo mustio hoy
lo que el silencio nos dedica
al amor que al recuerdo doy
al amor que tu silencio abdica

sábado, 10 de septiembre de 2011

El tren veloz

Tren veloz que pasa lentamente
Como proyección en la mente
en el vaivén de turbulencias
gran telón de la existencia

En sus vagones de madera
henchidos de expectativas
las recurrentes tentativas
son a veces traicioneras

Opulenta locomotora de deseos
circula por los rieles de mi ego
ente insaciable con quien brego
para no sucumbir en el misterio

Misterio de tantas estaciones
personas, hechos, relaciones
que permanecen o se van
como el humo del carbón

¡Oh raudo tren de lo efímero!
en su fugaz, tortuoso camino
está la aflicción y el tormento,
la promesa y el aliento

¡Oh vía de ansia transitada!
de estaciones bulliciosas,
de lecciones copiosas,
y de épocas enmarcadas

¡Oh querida locomotora!
por su esencial condición
desafiante e inspiradora
ora razón, ora emoción

Es Tren veloz, vida mía,
que procura así sabiduría
ser el rostro de lo tibio,
vivir en enigmático equilibrio

lunes, 5 de septiembre de 2011

Jacarandá

Regio árbol, otrora vital,
languidece indefectible
en otra estación otoñal

Jacarandá frondoso, rosado,
testigo garrido de primavera,
ondeaba al viento esperanzado,
marco perfecto de mi quimera

En sus ramas ya resecas
-penuria del árbol doliente-
es mi ilusión maltrecha
el único fruto existente.

Sus hojas caducas, hastías,
esparcidas por el suelo,
son también lágrimas mías,
abonos de un recuerdo

Recuerdo de la aurora
sepelio de la ilusión
del Jacarandá que añora
porvenir, nueva estación

Añora, así paciente,
Ruega, al sol reluciente,
que irrigue a su suelo
de esperanza y anhelo;

Que en sus troncos, sin rencor,
renazcan, pese a los dolores,
ramas, hojas, flores
yemas de un nuevo amor

sábado, 3 de septiembre de 2011

Ahí me encuentro

Ahí me encuentro sentado
en un banco de la plaza Mayor
escenario de harto primor
espacio mío, núcleo ubicado

Me encuentro ensimismado
escucho con suma atención
a las divergencias, a la canción
de mis pensamientos enfrentados

Sólo, con escala de dos notas,
en esa plaza, sin audiencia
gozo del diálogo con mota
entablado en mi conciencia

Síes y nos conjugados
notas de niño e inocencia
de adulto, ansia y creencia
de conocimiento asimilado.

Me encuentro reflexivo
hedo en lo que viví
en lo que me he convertido
en lo que me quisiera convertir.

Ahí sentado, en ese banco
de mi plaza, benévola soledad
concédome el tiempo preciado,
a componer, a madurar