Oh funesto sino el del querer;
candoroso se entregó sin saber
a los delírios del deseo caprichoso
Querer deleitoso, fue víctima y testigo
de las artimañas de tu corazón herido,
que mediante sus ambiguos latidos,
fustazos de esperanza le profanó
Siervo testigo, vislumbró impotente
a los favores que ofreció deferente
a aquellos que tu corazón desdeñó
Ah corazón decoroso, te suplico,
comprende el tenebroso conflicto
que tu indiferencia en él provocó
Ah no le prives de ansiar, te ruego,
no le culpes por mostrarse entero
compartir la flama que se prendió
Y apacible permítele yacer ahora
en recuerdo tornasolado que aflora
ese querer candoroso que existió
Así pese a la bulla que ensombrece
su consuelo es que nunca anochece,
en las latitudes de la fe y del amor
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