Se escucha un firme rumor amplificado
son los latidos de mi pecho alborotado
chasquido de oleaje oriundo de la risa
que rompe en mis entrañas sin medida
Risas, carcajadas en mis ojos achinados
esparcidas por los recodos de mi cuerpo
celebran traviesas el haber propagado
la benévola alegría por mis huesos
El entorno, aura de risa descargada,
sufre una metamorfosis instantánea
la noche se desenrolla tornasolada
el cielo luce más azul en la mañana
Así cabeza, sentidos y alma al unísono
Siguen el compás del gesto milagroso,
acaban por desarmar músculos y juicios
a merced de este fenómeno jubiloso
Gratamente, tras el regocijo sin prisa
observo el rostro con expresión amiga
el tuyo que con gran mueca ocurrente,
es coautor de tal euforia floreciente
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