Desliza por mi rostro una brisa blanda
luce vehemente en su tono amoratado
atrapa con su fresco bálsamo lavanda
a los favores de mi olfato embelesado
Sí, es el hálito involuntario de tu piel,
despedido en ráfagas de fascinación,
salva de tu esencia calada en mi sien
que entreabre la ventana de la ilusión
Son ráfagas que susurran seductoras
las palabras de tu corpórea identidad
a mis oídos acarícian enternecedoras
y encandilan a mi votiva sensibilidad.
Así tu esencia espabila a mis sentidos,
orea en remolinos de gran convulsión,
cursa en mi interior su forzoso camino
conecta con mi sentido de la intuición
Es ella que atiza al instinto sosegado
confluye en mi cuerpo como corriente
traza su dominio, en mi estigmatizado
es el olor tuyo... en olor mío finalmente
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