Vigentes imágenes flotan en el mar
relucen serenas cual claror de luna
destellos del acaso, la feliz fortuna
teñidas en el oleaje del rememorar.
El mar se engalana de índigo celestial
anfitrión atento, apréstase cuidadoso,
lienzo inmenso que alberga ampuloso
la memoria de un amor descomunal
Encuentro fue, fortuito y afortunado
de dos almas gemelas en el horizonte
que alumbraron aguas, cielo y montes
con el fulgor de su amor apasionado
Ese brillo de ayer todavía permanece
se proyecta tímido, mora en la marea,
se manifiesta en luz cuando oscurece,
es del cultivado recuerdo el centinela
En el ir y venir del estoico azul copioso
nuestras caricias aún palpitan vitales
atraviesan del tiempo a sus umbrales
y cumplen con su propósito animoso
Candela sí de tantos besos y abrazos
atalaya sí del sentimiento inmaculado
aluce a mi corazón sobrio, aletargado
y humedece de nuevo a sus latigazos
Y a mi pecho baña de viva esperanza
a su innata capacidad alude y afianza
así evocada en figuras, brillo en el mar
pulsa ineludible... la voluntad de amar.
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