sábado, 12 de noviembre de 2011

Mírame ahí

Mírame ahí, por esa grieta descuidada
galería secreta entre máscara y núcleo
morada sigilosa del vasto amor pulcro
que reside en el hueco de mis entrañas

Mírame con esos ojos ávidos y potentes,
quiénes con ahínco entran en el légamo
de mis sueños inflamados, subyacentes,
presentes en mis huesos, en su tuétano

Mírame con tu fragancia de flor de azahar
aroma que perfuma la aureola de mi alma
escurre por mis manos, sus dedos y palmas
entorpece a mi cordura y a mi accionar

Mírame sencillo, como deseo a tu mirada
con el brío de la elegancia de un naranjo,
que arrobada admiro como a un ángel,
por ser símbolo de tu mirada deseada.

Mírame de frente, crédulo, no te asustes
si ante tí mi masa exhibe su pulpa dulce,
y la pobre coherencia reniega a su lustre…
No rehuyas. No lo temas. No te asustes

Mírame fijo mientras el viso de mi aliento
descontrolado fluctúa hacia tu encuentro
profiere la verdad, sin palabras y escueto
es mi cuerpo que brama su amor secreto...

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