viernes, 12 de abril de 2013

Fin y comienzo

En cada fin hay un comienzo

En el último aliento de la jornada
que suena doquier, entre sombras,
mezclado con el canto del búho.

En el silencio que se atiza,
trepida con su aura dorada
como copa de álamo en otoño

Porque, inevitablemente,
caen los pétalos cansados
afloran nuevos retoños;

la carne del ciervo muerto
va a nutrir a las crías
de un felino obstinado

El meteorito se divide
-allá, en el lejano espacio-
formando miles de estrellas,
luces en cielo solitario

Porque, inevitablemente,
en cada fin hay un comienzo,
el comienzo contiene su fin;

Así el océano que reposa
en algún punto terráqueo
aloja tormenta, río manso
en su corazón errático...

Y él palpita tras su meta
nace y muere a cada paso
a cada paso se regenera
células, fondo y trazos


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