Desdicha la del amor esperado
que pugna por hacerse valer
en medio de un cerro pelado.
Desdicha la del amor usurpado
llevado por huracanes impiedosos
a un sitio recóndito y amargo
Desdicha la del amor ofertado
que exclama sus versos furtivos
estéril, en la nada escoñado.
Aquí estoy, dice impotente
impasible ante la tormenta
expectante en el torrente.
Aquí estoy, repite insistente
luciendo mi mejor traje
vestido de promesas ardientes
Aquí estoy, desdicha consumada
esparciendo dotes y caricias
infructíferas, despreciadas.
Aquí estoy, llanto contenido
Sintiendo penuria y congoja,
por tu indiferencia, malherido.
Aquí estoy, confieso cabizbajo
manteniendo mi cordura
de tenaz caballero azorado
Aquí estoy, último suspiro
evocando en frases amigas
palabras a ti dirigidas.
Aquí estoy, deseos delicados,
cual soplido de la tromba,
al silencio condenados.
Aquí estoy, pérdida indeseada
dejándome conducir por la razón
conclusión prevista, augurada.
Desdicha la de mi amor inviable
sepultado por los temores
huérfano de tus favores
resto, difunto, cadáver.
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