El mar toca mis dedos
arreciando el miedo
que nace en mi talón.
Moja mis piernas con
recuerdos, auroras,
rostros, voces, olas
flujo del pensamiento
Entonces llega el viento,
suave peina la espuma
luego se alza y curva
abrazando el océano.
Sé que el aire me guía
soplándome secretos
que me invitan a volar
Porque siento cosquillas
por todo mi cuerpo
como si fuera de pronto
una ruta de hormigas
El cuerpo reacciona,
mientras el alma llora
porque el mar le arroja
a lo que fue para el mundo
Pero aún con los pies presos
en la arena del pasado
surgen en mis omóplatos
dos curiosas alas
Así que encaro el segundo
me subo al voluble viento
para permanecer siendo
memoria y vigilia
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