¡Renuncien, oh Mandatos Arcaicos!
al teatro, al proceder disimulado
superen el precipicio encapotado
para llegar al sol de la novedad
No consuman el tiempo preciado
con enredos de odio enquistado
que miope ofusca la afectividad
Atraviesen el soportal del dolor
que entonces incauto se instaló
y comulgó emoción con oscuridad
Recuperen el sentir enriquecido
de confianza en el amor rendido
que el ayer subyugó sin meditar
Perdonen los errores cometidos
por preceptos añosos acaecidos
por la ignorancia y animosidad
Abran su pecho a la aceptación
a la tolerancia como condición
así el amor volverá a su lugar
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